En la previa de la llegada de los grandes líderes mundiales a Buenos Aires para participar del foro del G20, las fuerzas policiales argentinas no quieren dejar detalle librado al azar, para prevenir eventuales incidentes con la Seguridad.
Por eso, además de coordinar tareas con los servicios secretos de los Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña y otras potencias, dirigen en estos días toda su energía a confiscar paquetes con sábanas, detonar bolsos con pollo crudo e incitar, a los casi tres millones de habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, a que migren cuanto antes.

En tal sentido, trascendió que el Ministerio de Seguridad ya elaboró una lista con los principales grupos de riesgo.
Quienes podrían amenazar el evento internacional, según la cartera comandada por la querida Pato Bullrich, se encuentran los docentes que reclaman por sus salarios, los coleccionistas de carabinas, los mapuches que guardan rencor ancestral, los anarquistas que emprenden contra tumbas de policías nacidos en el siglo XVIII y los barrabravas de All Boys.
“Estamos a la altura de tamañas amenazas”, se entusiasman fuentes ministeriales.